DÍA DEL HÁBITAT 4 OCTUBRE

 ¡Bienvenidos aldeanos y aldeanas! Un nuevo curso nos espera para trabajar, aprender y disfrutar de muchas historias nuevas en el blog de Los Colegiales.

Me gustaría comenzar este año, y en esta fecha que celebra la concienciación en el cuidado del  hábitat, con la recomendación de un pequeño y sensible libro, que me pasó David compañero del departamento de Geografía e Historia.  "El hombre que plantaba árboles" de Jean Giono.

 Tengo que reconocer que ha sido un gran descubrimiento por el encanto de su literatura y por el mensaje que deja en el lector.



Este autor nació en Manosque, 1895-1970 (Francia). De origen humilde, hijo de un zapatero y una lavandera, sólo pudo estudiar en el colegio de su ciudad hasta 1911. A partir de este año comenzó a trabajar como modesto empleado de banca y completó su formación leyendo a grandes nombres como Homero, Virgilio, Dante, Miguel de Cervantes, W. Shakespeare, Stendhal o Flaubert entre otros. A los diecinueve años fue reclutado por el ejército francés y se vio obligado a dejar su pueblo y luchar en la Primera Guerra Mundial.

Este hecho marcaría su vida de tal manera que la escritura posiblemente fue su terapia para olvidar los horrores e injusticias que conllevan una guerra. Alternaba su trabajo en banca con sus libros, hasta que se dedicó por completo a escribir. Las imágenes de la violencia se alternan con un canto a la naturaleza y a la vida en cada una de sus obras. Volvió a su Provenza natal y el paisaje fue el escenario donde se desarrolló la mayor parte de sus obras. En ellas intenta encontrar la armonía entre el hombre y los elementos a través de la relación de éste con la tierra en que habita.

Fue uno de los representantes más destacados de un grupo pacifista que condenaba la civilización moderna. Su defensa del pacifismo provocó que fuera arrestado al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939 y, aunque se libró de combatir, durante la liberación fue encarcelado por colaboracionista.

Esta injusticia absurda no hizo más que reforzar su desconfianza en la naturaleza humana.

En este libro, que os invito a leer, deja constancia de su tristeza por la destrucción del  hábitat de su Provenza natal y por la falta de sensibilidad del hombre hacia su tierra. La constancia, perseverancia y los ideales de paz son otros de los ingredientes que con una delicadeza magistral invaden cada página de esta deliciosa lectura.

Estamos viendo como grandes catástrofes naturales (volcanes y seísmos) y otras provocadas por el hombre (incendios, guerras y otros conflictos bélicos), destruyen y modifican nuestro hábitat. Hábitat que nos da la vida, del que tanto dependemos y por ende deberíamos cuidar, amar y respetar.



Buscad este libro y compartir su mensaje, "porque si algún día conseguimos un Bosque de bosques, también habremos logrado una Humanidad más humana" 

Gracias David por este regalo!


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